El término de Líder Cuántico es relativamente nuevo. A diferencia del «líder clásico«, éste nuevo se caracteriza por que la persona cambia “en automático y evoluciona en diferentes niveles”
Lo que el LQ promueve es que las personas evolucionen o transformen su realidad a través de tres elementos: disponer de enfoque, capitalizar experiencias y ser creativos.”
Jorge Cuevas, psicoterapeuta con maestría en Gestalt y auto-definido arquitecto-creador del LQ, señala que es la evolución de los equipos de trabajo, empresas, familias y personas lo que tiene como principal objetivo el LQ.
Cada elemento lo explica de la siguiente manera:
1.- Enfoque: En un mundo donde la dispersión y la ansiedad desperdician varios recursos, LQ promueve que cada persona tenga claro “donde está”, “a donde va” y “cómo va a lograrlo”. Cuando tenemos ese enfoque, comenzamos a transformar la realidad.
2.- Capitalizar experiencias: Desde la perspectiva de LQ, no hay experiencias buenas o malas, cada una de ellas representa oportunidad para evolucionar. Por ejemplo: perder una venta o conflicto en la organización son situaciones que permiten aprender. LQ tiene herramientas que ayuda a personas y equipos sacar provecho de esas experiencias.
3.- Creatividad: LQ permite que personas y equipos sean más creativos al elaborar sus estrategias, buscar oportunidades o planear negociaciones. Hoy día ante cambios constantes, la creatividad es vital para adaptarnos y evolucionar a la misma velocidad de las transformaciones. El poco tiempo que las personas disponen para ser creativos, arriesga que los equipos se pierdan en el trabajo y el día a día termina por rebasarlos. LQ abre ese espacio para ser creativos en vez de dejarse arrollar por la prisa sin sentido.
“En el caso de estrategia LQ, el tema de motivación y claridad es inmediato, lo mismo que a mediano y largo plazo. Lo que se logra es que los equipos tengan clara la estrategia maestra de su empresa y sepan cómo alinearse a la misma.” Aclara Jorge Cuevas.
«Además logra que las personas prioricen mejor (porque saben qué es lo estratégico) y tengan adecuada comunicación, ya que así pueden hablar de sus objetivos y cómo llegar a ellos, “en vez de estar echando culpas»
No es fácil encontrar gente preparada y con una aptitud de liderazgo hoy en día, y menos tratándose de un LQ. Pero es importante saber reconocerlo y lograr que sus metes formen parte del objetivo común de la empresa.
Hay muchos beneficios de ésta clase de líderes. Por ejemplo, las personas se sienten escuchadas, encuentran los aprendizajes en lo que les está sucediendo, generan opciones creativas para solucionar la situación y aterrizan en tareas sencillas de la vida diaria.
Aprenden a ser guías y explorar las problemáticas sin emitir opiniones precipitadas.
Se combate la “opinión precoz” o precipitada, causada por la verborrea que únicamente propicia horas de juntas sin llegar a soluciones creativas ni a compromisos claros.
El aumento de la productividad es evidente y se mide en la herramienta Estrategia LQ, que consiste de un tablero en que se plasman los proyectos.
En estudios realizados en lo individual, se comprobó que las personas aumentan su nivel de motivación en 30% y en 40% su nivel de claridad, concluye el entrevistado.
Fuente | Alto Nivel